Bailarina rusa
- Bailarina referente del ballet de inicios del siglo XX.
- Ballets: Giselle, El lago de los cisnes, Las sílfides, Coppélia...
- Género: Danza
- Padres: Lyubov Feodorovna y Matvey Pavlovich Pavlov
- Cónyuge: Victor Dandré (m. 1924–1931)
- Nombre: Anna Pavlova
Anna Pavlova nació el 12 de febrero de 1882 en San Petersburgo."Dios da talento. El trabajo transforma el talento en genialidad"
Anna Pavlova
Hija de Lyubov Feodorovna y Matvey Pavlovich Pavlov.
Un embarazo prematuro y una infancia enfermiza llevaron a sus padres a buscar un ambiente más adecuado para su frágil salud, por lo que se trasladaron al campo.
Cuando tenía ocho años, su madre la llevó a una representación de La Bella Durmiente, de Piotr Ilich Tchaikovsky, y desde entonces quedó fascinada con el ballet.
Cursó estudios en la escuela del Ballet Imperial y debutó como solista en 1899. En 1906, se convirtió en prima ballerina.
Realizó giras por Europa en 1907 y tuvo una breve participación con los Ballets Rusos del empresario Sergei Diáguilev. En 1910, debutó en Estados Unidos junto al bailarín ruso Mijáil Mordkin en el Metropolitan Opera House de Nueva York.
En 1911, creó su propia compañía, con la que recorrió Europa, América, África y Asia.
Fue una destacada exponente del ballet clásico ruso. Se interesó también en las danzas étnicas de la India y Japón.
Entre sus interpretaciones más memorables se encuentran Giselle, El lago de los cisnes, Las sílfides, Don Quijote y Coppélia. Su ejecución del solo La muerte del cisne, creado para ella en 1905 por el coreógrafo ruso Mijáil Fokin, se convirtió en una de las interpretaciones más icónicas en la historia del ballet.
En 1914, contrajo matrimonio con su mánager y acompañante, Victor Dandré.
Anna Pavlova falleció el 23 de enero de 1931 en La Haya, debido a una pulmonía. Días antes, el tren en el que viajaba quedó detenido por un accidente, y ella corrió descalza por la nieve, vestida con su camisón, para asistir a los heridos. Sus últimas palabras fueron: "Prepárenme el traje de cisne".
Su muerte causó una conmoción mundial. Se dice que muchas bailarinas jóvenes creyeron que su alma había transmigrado a sus cuerpos.